domingo, 31 de mayo de 2009

El guión de esta semana: Caballos

Un mecánico intenta reparar un coche a su manera y pierde la razón.

Leer este sketch.

Caballos


Estamos en un taller de reparación de coches. El MECÁNICO con el CLIENTE, frente al motor de su automóvil.

SECUENCIA 1

MECÁNICO
El coche está perfecto, caballero. De motor, de carburación, ... Perfecto. Es un problema de caballos.

CLIENTE
¿Pocos caballos?

MECÁNICO
Poca autoestima.

CLIENTE
¿Qué quiere decir?

MECÁNICO
Los caballos de su coche están deprimidos. Han perdido confianza en sí mismos.
Últimamente pasa mucho. Con tanto anuncio de coches guapos.

CLIENTE
Me toma el pelo.

MECÁNICO
No señor. ¿Aparca usted cerca de algún deportivo italiano, o de uno de esos todo-terreno enormes…?

CLIENTE
Hombre, pues,..en la esquina de mi casa hay un imbécil…

MECÁNICO
(Cortándole) Mire, antes estos coches había que tirarlos. Al desguace, a un barranco, al mar,… Lo que pasa es que ahora… hay una cosa.

CLIENTE
¿Una cosa?

MECÁNICO
Una técnica.
De Alemania. Nueva. Precisa. Rápida. Limpia.

CLIENTE
Mire, el coche este ya tiene una edad y no me quiero gastar más dinero.

MECÁNICO
No hay que tocar ni un tornillo, caballero. Y en un cuarto de hora tiene el coche listo para hacerse el París-Dakar veintisiete veces.

CLIENTE
A por él.

El MECÁNICO se quita el mono y se apoya encima del motor, serio y concentrado. El CLIENTE se queda callado, observando.

MECÁNICO
(Susurrando al interior del motor)
Bien. Lo primero que quiero que entendáis es que no es una cuestión de número, sino de raza, de linaje, de actitud.
Puede que ellos tengan cien, doscientos, o doscientos cincuenta, me da igual. Pero vosotros sois noventa caballos extraordinarios. Noventa caballos libres como el viento, salvajes, poderosos,...

El CLIENTE no puede creerlo.


SECUENCIA 2

El MECÁNICO y el CLIENTE frente al motor. El MECÁNICO, desencajado y sudando, ya ha perdido la paciencia y ha dejado de susurrar para hablarle en voz alta al motor.

MECÁNICO
(Gritando al motor)
No, no y no. No señor. No habéis entendido nada.

CLIENTE
Oiga, cálmese. Sólo son caballos. Está usted poniéndose a su nivel.

El MECÁNICO se seca el sudor e intenta relajarse. Respira hondo y vuelve a dirigirse al motor. Pero está demasiado excitado y no puede evitar volver a gritarle.

MECÁNICO
¡Las ambulancias no son coches! ¡Son ambulancias! Os adelantan porque se saltan los semáforos, los stops, y todo lo que les da la gana. Les importa un huevo la policía, la guardia civil y el ministro del interior. Pero vosotros solo sois simples caballos de mierda, ¿me estáis oyendo?

El MECÁNICO ya ha “perdido los papeles” así es que el CLIENTE se ve obligado a cogerlo y separarlo del motor.

CLIENTE
Oiga, déjelo ya. Me llevo el coche. Dígame que le debo y santas pascuas.

MECÁNICO
(Muy afectado, al CLIENTE)
Han perdido la razón. Esos caballos viven en otro mundo, fuera de la realidad, mire lo que le digo...

CLIENTE
(Interponiéndose entre el motor y el MECÁNICO) Por favor, dígame lo que le debo y déme las llaves de mi coche.

Pero el MECÁNICO está histérico y sigue chillando al motor detrás del CLIENTE.

MECÁNICO
(Gritando)
¡De feria! ¡Sois caballitos de feria!
¡No, caballitos de feria, no! ¡Sois ponys! ¡Ponys bajitos! ¡Ponys cojos!

CLIENTE
(Al motor)
¡No le hagáis caso! ¡Sois caballos! ¡Caballos de carreras! ¡Alazanes!

MECÁNICO
¡Babosas! ¡Sois babosas! Ni siquiera tenéis patas. Ja, ja.

El CLIENTE ya no aguanta tanto improperio e intenta cerrar el capó pero el MECÁNICO se lo impide metiendo la cabeza.

MECÁNICO
No, ni siquiera sois babosas. Sois mejillones. No podéis moveros. Ja, ja, ja, un motor de noventa mejillones.
¡Buuu! ¡Buuuu!

CLIENTE
(Mientras intenta cerrar el capó, con la cabeza del MECÁNICO dentro)
¡Sois caballos!
¡Cuanto brío! ¡Que majestuosos! ¡Que figura! ¡Y esas crines, que parecen de terciopelo…!

MECÁNICO
¡Buuu! ¡Buuuu!



jueves, 28 de mayo de 2009

El guión de esta semana: House

El Médico atiende al Paciente en su consulta privada. Después de hojear sus papeles mira al PACIENTE durante un instante y…


MÉDICO
(Solemne, a bocajarro)
Le quedan tres meses de vida.

El PACIENTE no puede decir nada, tal es su consternación.

MÉDICO
Cuatro si le pongo otro hígado y le quito las dos piernas.

Después de unos instantes de silencio incómodo…

MÉDICO
(Sonriendo)
Perdone, es mentira.
Es que siempre me había hecho ilusión decir la frase esta, como en las películas de médicos.
Está usted hecho un toro.

El PACIENTE recupera la presión arterial y…

PACIENTE
Vaya, menos mal.
Porque ahora que había conseguido la plaza en propiedad y estaba tan feliz…

MÉDICO
Pues enhorabuena por todo. Por la salud, por el trabajo…
¿Qué es? ¿Funcionario?

PACIENTE
Inspector de Hacienda.

MÉDICO
(Sufriendo una ligerísima angina de pecho)
Oh.

PACIENTE
En realidad sólo estoy aquí para averiguar por qué no hace usted una maldita factura desde 1974. Listo.

El discreto dolor precordial del galeno aumenta a moderado y parece que empeorará. Ahora es el MÉDICO quien se ha quedado sin palabras.

PACIENTE
Perdone, era una broma. Es que siempre me había hecho ilusión decirle a un médico lo de las facturas.

El MÉDICO tardará en recuperarse.

lunes, 18 de mayo de 2009

Wiedermeyer

El MÉDICO, desde su mesa, atiende al PACIENTE.

MÉDICO
Usted dirá.

PACIENTE
Tengo la enfermedad de Wiedermeyer.

MÉDICO
Muy bien. ¿Por qué no ha venido el señor Wiedermeyer?

PACIENTE
El señor Wiedermeyer está ahora en su casa de verano, en Innsbruck.

MÉDICO
Ah, excelente.
Usted debe de ser Schultz.

PACIENTE
Sebástian Schultz.

MÉDICO
¿Sabe quien tiene ahora la enfermedad de Schultz?

PACIENTE
La señora Mazurscky.

MÉDICO
Bien.
Ahora quiero que le lleve al señor Zinmermann su enfermedad.

El MÉDICO saca una jeringuilla y le inyecta en el brazo al PACIENTE.

PACIENTE
¿Qué hago con la enfermedad de Wiedermeyer?

MÉDICO
Llévesela a Bruno Copinscky

PACIENTE
El señor Copinscky tiene el síndrome Margaret.

MÉDICO
Oh. En ese caso entréguele la enfermedad de Wiedermeyer al doctor Miranda.

PACIENTE
Usted es el doctor Miranda.

MÉDICO
(Ligeramente asombrado) Así que yo soy el doctor Miranda.

PACIENTE
Sí, señor.

MÉDICO
Bien. Parece que ya estamos centrando un poco las cosas.
¿Qué enfermedades hemos dicho que lleva usted ahora?

PACIENTE
La de Zinmermann y la de Wiedermeyer.

MÉDICO
Mal. Esas enfermedades debería tenerlas ahora mismo el señor Schultz.

PACIENTE
Yo soy Schultz.

MÉDICO
(Ligeramente consternado) Mire, vamos a hacer una cosa, señor Schultz. Porque esto es un lío tremendo.
Nos olvidamos de Bruno Copinscky y de los demás desgraciados.
(Anotando en un papel y entregándoselo al PACIENTE) Vaya a ver al señor Hoffman a esta dirección. Le pasará el mal de Hoffman. Quédese allí y no haga nada. Una ambulancia le recogerá en cuanto empiecen a caérsele las orejas.

PACIENTE
(Leyendo la dirección) Pero esto está al norte del lago Victoria, Kenia.

MÉDICO
No queremos colaborar, ¿verdad, señora Mazurscky?

El PACIENTE entiende que acabará antes viajando al lago Victoria que intentando razonar con el MÉDICO, y se marcha.

MÉDICO
No olvide vacunarse.


miércoles, 13 de mayo de 2009

Audiencia


El Otorrinolaringólogo atiende al PACIENTE en su consulta.

OTORRINO
Bueeeeno. Dígame que le ocurre.

PACIENTE
Estoy perdiendo audiencia cada día que pasa.

OTORRINO
(Mientras se dispone a explorarle el oído)
Muy bien. Así que estamos perdiendo audición, ¿verdad?

PACIENTE
(Impidiendo que le explore)
No, no, audiencia.

OTORRINO
(Complaciente)
Bueno, audiencia, audición, ¿qué más da?

PACIENTE
Oiga, a ver si el que está sordo es usted. Le he dicho que estoy perdiendo audiencia. Un 2 % de share cada semana.

OTORRINO
Oh, perdone. Tiene usted un programa de televisión.

PACIENTE
Ya lo ha entendido. Enhorabuena.

OTORRINO
Un 2 % es mucho.

PACIENTE
No lo sabe usted bien. Una barbaridad.

OTORRINO
Ajá.

PACIENTE
¿Y bien?

OTORRINO
¿Y bien qué?

PACIENTE
Vamos, no se haga el tonto.

OTORRINO
¿Ha pensado en mejorar la calidad del programa?

PACIENTE
¿Quiere dejar de jugar conmigo?

El OTORRINOLARINGÓLOGO mira fíjamente al PACIENTE durante un instante y, a continuación, cambia de actitud. Echa una ojeada a través de la ventana, corre las cortinas, se quita la bata y…

OTORRINO
(Cambiando de registro hacia los Soprano)
¿De cuántos audímetros estamos hablando?

PACIENTE
Cinco mil, quizá seis mil.

OTORRINO
Entiendo.
Eso va a costar dinero.

PACIENTE
Eso no es problema.

OTORRINO
Bien, déle las ubicaciones de los audímetros a mi enfermera.
Y espere noticias mías.

PACIENTE
Quiero un 23.

OTORRINO
Veremos.

El PACIENTE se marcha. El Otorrinolaringólogo se dispone a telefonear.

OTORRINO
(Para sí, melancólico)
Algún día acabará esta guerra.
(Al teléfono)
¿Rocco? Soy Bruno. Bruno, il dottore .


A la China


Un hombre sube al taxi.

HOMBRE
Buenas tardes.

TAXISTA
Buenas tardes.

HOMBRE
A Shenyang.

TAXISTA
(Con toda la naturalidad del mundo)
Shenyang. Eso es China, si no me equivoco. Provincia de Liaoning.

HOMBRE
Sí, está pegada a lo que es República de Mongolia Interior.

TAXISTA
Vale. Lo que pasa es que la hora que es, y teniendo todo el Tibet para cruzar, lo que vamos a hacer es meternos por la Gran Vía.

HOMBRE
Yo se lo iba a decir.

TAXISTA
Liaoning es la que está pegada a Shandong.
Justo debajo de Changchun, ¿verdad?

HOMBRE
De Jilin. A ver. Usted se pone cara a lo que es la muralla china y esto queda a la derecha.

TAXISTA
Ya está claro, ya está claro. De todos modos, ahora cuando pasemos por la cordillera del Himalaya sí que me irá usted diciendo, porque ahí ya sí que me lío. Entre los aludes de nieve, las ventiscas,… y los yacks, que parece que van todos drogados, siempre por medio…

HOMBRE
No se preocupe. Por cierto, ¿sabe usted chino mandarín?

TAXISTA
No lo escribo, pero lo hablo y lo entiendo perfectamente. Pero no lo escribo. El chino cantonés sí.

HOMBRE
Muy bien. Otra cosa: Esto, ¿qué lo haremos? ¿De un tirón o pararemos ahí en Shangai?

TAXISTA
A mí me gusta más hacerlo de un tirón. Es una paliza. Pero acabas y ya está.

HOMBRE
Yo también lo prefiero. Si quiere, lo que podemos hacer es ir por Sichuan, y así nos ahorramos toda Mongolia Exterior.

TAXISTA
No crea. Vale la pena que crucemos todo el macizo del Annapurna. Hágame caso. Nos haremos cinco ochomiles, pero ganamos casi media hora.

HOMBRE
Sí, sí. Todo lo que sea ahorrar tiempo…

TAXISTA
Y es más bonito.

HOMBRE
Estupendo. Pues nada, páreme ahí en el próximo semáforo. Al lado de la droguería.

TAXISTA
(Mientras se detiene y se dispone a cobrar)
Muy bien.
Siete euros con veinticinco.

HOMBRE
(Mientras le paga)
Caramba, ¿hasta donde pensaba seguirme la broma?

TAXISTA
Nada, hasta la rotonda de La Alameda.

HOMBRE
Joder.


martes, 12 de mayo de 2009

El Visor Encefálico

Federico Pavón, un veterano presentador de espacios de teletienda se dirige, en directo, a los espectadores.

FEDERICO
Buenas noches.
¿Es posible acabar con la guerra de audiencias en la televisión?

(En sobreimpresión leemos: FEDERICO PAVÓN. TELECONSEJERO.)

¿Aumentaría, entonces, la calidad de la programación? Es decir, ¿desaparecerían los programas basura? La respuesta a las tres preguntas es: sí, sí y claro que sí.
Bastaría con que cada uno de nosotros pudiese ver todos los canales al mismo tiempo. Eso mantendría contentas a las cadenas y nos dejarían en paz de una puta vez.
Presento el “Visor Encefálico”.

Federico se retira a un lado y aparecen dos individuos muy bien trajeados con un sillón de ruedas, un casco de gran tamaño y unos cables.
Uno de ellos, Melchor, se sienta en el sillón y se coloca el casco, que también le cubre los ojos. El otro, Saturnino, permanece de pie, con los cables en la mano, junto a su compañero.
(En sobreimpresión leemos:
SEÑORES PICÓ Y PUJOL. TELEDEMOSTRADORES)

FEDERICO
(Apoyando su mano sobre el casco)
Probado por los expertos Melchor Picó y Saturnino Pujol, de Palma de Mallorca, el Visor Encefálico permite visionar hasta siete canales de televisión simultáneamente. Tócate los huevos.
Y atención ahora: Sin necesidad de poseer ni un sólo televisor.
(Señalando con uno de sus brazos hacia el cielo)
Directamente de la antena.

Federico entrega el cable de la antena a Saturnino para que éste conecte sus cables. Saturnino introduce la clavija del primer cable en una de las entradas del casco.

FEDERICO
La Primera Cadena,....

Melchor levanta el pulgar de una de sus manos confirmando que el aparato funciona.
Saturnino introduce una segunda clavija.

FEDERICO
...la Segunda Cadena,...

Melchor mueve la cabeza arriba y abajo demostrando interés por la programación.
Saturnino introduce una nueva clavija.

FEDERICO
... Antena 3,...

Melchor tuerce la cabeza a un lado y a otro como un guacamayo nervioso.
Saturnino introduce la cuarta clavija.

FEDERICO
... Tele 5,...

Melchor deja de mover la cabeza para agitar convulsivamente las piernas.

FEDERICO
(A Saturnino)
¿Qué pasa?

Saturnino se hace el sordo.

SATURNINO
Vamos a meter la autonómica.

Saturnino introduce la quinta clavija.
Ahora Melchor deja de mover las piernas pero comienza a respirar como una embarazada en los ejercicios de preparación al parto. Federico mira preocupado a Saturnino.

SATURNINO
(Sin hacer caso a Federico)
Cuatro,

Saturnino introduce la sexta clavija.
Melchor deja de respirar como una embarazada y se queda inmóvil con la boca abierta como un mandril.

SATURNINO
Y la Sexta.

Melchor saca la lengua y se queda bizco.

FEDERICO
(A los telespectadores)
La Primera cadena, la Segunda, Antena 3, Tele 5, un Canal Autonómico, Cuatro y La Sexta.
(Señalando el casco)
¿Para qué es esta otra entrada, Saturnino?

SATURNINO
Oh, sí. Muy bien, Federico. Es la pregunta que estaba esperando.
La octava entrada es, a mi modo de ver, la aplicación más interesante. Y, en cierta manera, la que justifica realmente este aparato.
Como sabes, ahora Melchor no puede vernos ni escucharnos. Las clavijas anulan su percepción exterior.
Pues bien; conectada a una cámara de video convencional, esta entrada le permite, -también al mismo tiempo por supuesto-, le permite –asómbrate ahora- ver y escuchar la realidad.

Saturnino introduce la octava clavija e instala la cámara de vídeo detrás de Melchor.

FEDERICO
¿La realidad?

SATURNINO
Sí, Federico. Lo que ocurre al lado de ti mientras ves la televisión.

FEDERICO
¿Quieres decir que Melchor podría mantener, además, una conversación con su mujer o sus hijos?

SATURNINO
Exactamente.

FEDERICO
¿Mientras ve los seis canales de televisión?

SATURNINO
Eso es.

FEDERICO
Esto que me estás diciendo es extraordinario, Saturnino.

SATURNINO
Lo sé.
Me doy cuenta de que la televisión deja de ser un obstáculo para la comunicación familiar.
Sé que vamos a recuperar el hábito de la tertulia en el hogar. El diálogo entre padres e hijos. Entre la pareja.

FEDERICO
Es justo lo que necesitábamos.

SATURNINO
Así es.
Y también se acabó el zapping y las peleas por el mando a distancia.

FEDERICO
No me cabe la menor duda.

SATURNINO
Ahora, si te parece, haremos una demostración

FEDERICO
Me parece muy bien.

Saturnino pone la cámara en funcionamiento e invita a Federico a que se sitúe junto a él mirando de frente al objetivo.

SATURNINO
¿Melchor? ¿Nos ves?

MELCHOR
¿Qué pasa aquí, Satur?

SATURNINO
¿Nos estás viendo, Mel?

MELCHOR
Oye, aquí se ha metido un canal muy raro. Hay dos hijos de puta que me están hablando.

SATURNINO
¿Qué dices, Mel? Soy yo, Satur. Y Federico Pavón.
(A Federico)
Cree que somos un canal.

FEDERICO
(Preocupado)
¿Porqué no le quitamos alguna cadena?

SATURNINO
(Haciendo caso de la sugerencia de Federico)
Vamos a quitarle un momento las privadas y la autonómica.

Saturnino desconecta algunas clavijas y vuelve a colocarse delante de la cámara junto a Federico.

SATURNINO
Escucha, Mel, te he quitado algunos canales para que te relajes un poco y me prestes atención.
¿Recuerdas la octava entrada de la que te hablé?

MEL
La octava entrada.
La recuerdo, sí.

SATURNINO
Pues por ahí nos hemos metido Federico Pavón y yo.
Lo que intento decirte es que nosotros no estamos en ningún canal.
Somos reales .Puedes hablar con nosotros. Puedes tocarnos.

Saturnino y Federico estiran los brazos y tocan a Melchor intentando no salirse del campo de la cámara de video.

MELCHOR
Hostia, Satur, ahora sé que no sois un programa de televisión.

SATURNINO
Bien, escucha: ahora quiero saber si continuas viendo la televisión.

MELCHOR
Oh, sí. Perfectamente.

SATURNINO
Magnífico. Vamos a hacer una demostración. Ahora vamos a simular una escena cotidiana, de la vida real, para que nuestros telespectadores comprueben la verdadera gran ventaja de este aparato.
Ahora, una de las azafatas del plató representará el papel de tu esposa y mantendrá contigo una conversación normal mientras tú sigues viendo los siete canales de televisión. ¿Correcto?

MELCHOR
Correcto.

SATURNINO
(A Melchor)
Voy a conectarte de nuevo todos los canales.

Saturnino vuelve a conectar las clavijas de las Cadenas privadas y la autonómica en el casco de Mel y éste, después de experimentar un pequeño temblor, se queda inmóvil. Federico hace entrar a una azafata y la acomoda en una silla junto a Melchor. Saturnino la invita, con un gesto, a que inicie la conversación.

AZAFATA
(Nerviosa)
Hola. ¿Cómo le ....... , cómo te ha ido el trabajo hoy?

MELCHOR
(Apretando los dientes y sin mover ni un sólo músculo)
Fanta. Gol. Socorro. Mire usted.

La azafata no sabe que decir. Saturnino sospecha que algo va mal y toca algunas clavijas del casco de Melchor. Federico se da cuenta de que ha llegado el momento de dar por concluida la demostración. Entra en escena y se dirige a los telespectadores mientras Saturnino comienza a desmontar el sistema del visor encefálico.

FEDERICO
(A los telespectadores)
El visor encefálico se entrega con un juego completo de clavijas y cables de conexión a la antena. La cámara de vídeo no está incluida en el precio. El libro “Hable mientras se divierte” es un obsequio. El amplificador no. Buenas noches.













lunes, 11 de mayo de 2009

Hostias Delivery

Estamos en una Iglesia. Varios feligreses hacen cola frente al altar para recibir la comunión. El cura viste una casulla corta “pret a porter” y pantalón de raso color púrpura de corte vaquero. El monaguillo, un delantal sobre uniforme tipo “fast food”. Todo transcurre con normalidad hasta que le llega el turno a uno de los comulgantes que…

COMULGANTE 1
Una para llevar, padre.

CURA
¿Qué nombre es?

COMULGANTE 1
Pascual. Ramón Pascual. De centeno, sencilla, con albahaca.

El monaguillo consulta sus notas y entrega al comulgante una cajita de cartón conteniendo la hostia. Después de repartir la comunión a un par de fieles más, le llega el turno a otro devoto que lleva en la mano una de las cajitas de hostias para llevar. La abre y saca una rota en varios pedazos para mostrársela al cura.

COMULGANTE 2
Perdone, es que esta mañana me he llevado una de cinco cereales pero al llegar a casa hemos visto que estaba rota. La hostia.

CURA
“Eso no pasa nada”
Que sea el cuerpo de Cristo no significa que esté descuartizado.

COMULGANTE 2
¿Cada trozo es un cuerpo de Cristo entero?

CURA
¿Eh?

COMULGANTE 2
Cada pedazo. ¿Es como una hostia entera?

CURA
Vamos a ver. (Cogiendo los trozos de la hostia rota)
Esto no es un brazo de Cristo. Esto no es el duodeno, ni esto son los testículos. Pero todas juntas representan la sagrada forma.

COMULGANTE 2
Entonces cada trozo sí que es una parte del cuerpo de Cristo.

CURA
(Empezando a incomodarse)
Otra vez.
Sí y no.

COMULGANTE 2
¿Entonces, cuantas hostias hay aquí?

CURA (Tajante)
Una. Una hostia. Está rota, pero te tomas todos los trozos y ya está.

COMULGANTE 2
¿Tienen que ser todos?

CURA
Pues sí, claro.

COMULGANTE 2
Es que hay un trocito muy pequeño que se cayó al abrir la caja.

CURA
Y no lo habéis encontrado.

El comulgante baja la cabeza avergonzado y no responde.

CURA
¿Qué?

COMULGANTE 2
Es que tenemos una iguana en casa….

CURA
(Ya está harto)
Mira, las hostias consagradas no se pueden volver a desconsagrar, así que hay que tomársela.
Como el trocito que falta era muy pequeño hazte a la idea de que al cuerpo de Cristo le falta un huevo, pero mira, después de todo lo que le hicieron en la cruz es muy posible que no sea lo único que le falte. Y la iguana, como no tiene alma, pues nada, como si no hubiera comulgado.
Venga, que tengo una cola de mil demonios.

El comulgante mira, escandalizado, al cura pero a éste le ha hecho gracia lo de los demonios.

CURA
Es una forma de hablar, ¡diablos!

Se da cuenta de que ha vuelto a blasfemar y hace esfuerzos por contener la risa.

MONAGUILLO
(Sonriendo con malicia y complicidad)
¿Me puedo quitar la pajarita, padre? Es que aquí hace un calor….. infernal.

Cura y monaguillo se descojonan ya sin ningún rubor.

CURA
Calla, calla,…..condenado.

Aumentan las carcajadas, y la comunión se interrumpe porque Cura y Monaguillo se han sentado en la escalinata del altar para poder reírse a gusto.

MONAGUILLO
(Entre risas)
La iguana esa va al infierno, seguro.

CURA
(Cabroncete)
Seguro. Yo no me acuerdo de haberla confesado.

Continúan las risas, pero el Cura se mira debajo de la sotana y reniega de Dios porque parece que se ha orinado encima, tal es el descojono.

domingo, 10 de mayo de 2009

Hibernación


Estamos en la habitación de un hospital. El MÉDICO atiende al PACIENTE que acaba de salir de una hibernación.

MÉDICO
¿Cómo se encuentra?

PACIENTE
Raro. ¿Cuánto tiempo he estado congelado?

MÉDICO
Nada, cuatro meses.

PACIENTE
¿Sólo cuatro meses? Les dije que no me descongelaran hasta que no acabase la crisis.

MÉDICO
Exacto. Ha durado menos de lo que esperábamos.

PACIENTE
Oh. Estupendo.

MÉDICO
Lo que pasa es que ahora estamos justamente en la situación contraria. Se va usted a escandalizar de los precios.

PACIENTE
No me diga.

MÉDICO
¿Sabe lo que cuesta ahora un café?

PACIENTE
Dígame.

MÉDICO
Setecientos cuarenta mil euros.

PACIENTE
Ja, ja. Está de broma.

MÉDICO
Ya le he dicho que los acontecimientos se han precipitado. Esto es de locos.

PACIENTE
Pero ¿qué está diciendo? ¿Y mi coche? Lo he dejado en el parking. ¿Ahora cuanto vale una hora? ¿Cinco mil euros?

MÉDICO
¿La hora? No señor. Ahora cobran por nanomilésimas de segundo. El cuarto de nanomilésima está en diecisiete millones de euros.

PACIENTE
¿Diecisiete millones de euros el cuarto de nanomilésima?

MÉDICO
¿Quiere que le congelemos veinte minutos más, a ver si esto “peta” ya de una vez y todo vuelve a la normalidad? El ejército italiano acaba de entrar en la Bolsa de Tokio y está intercambiando rehenes por aceite de soja.

PACIENTE
Madre mía, no sé… ¿Y una lobotomía?

MÉDICO
También, sí señor. Más cómodo. Ahora estamos haciendo muchísimas.

PACIENTE
Pues venga.

MÉDICO
(A fuera de cuadro) ¡Paco, mira a ver una “lobo” al 110!

MÉDICO
(Al PACIENTE) Encantado de conocerle.

PACIENTE
Buenas tardes.


sábado, 9 de mayo de 2009

Fumadores


Estamos en un restaurante. Un CLIENTE solicita mesa a la ENCARGADA.

CLIENTE
¿Mesa para uno, por favor?

ENCARGADA
¿Fumador?

CLIENTE
Sí.

ENCARGADA
¿Soñador?

CLIENTE
¿Cómo?

ENCARGADA
Que si se queda ensimismado pensando en cosas que le gustaría que sucediesen.

CLIENTE
Pero, oiga, ¿que tiene que ver eso para que me dé mesa? Entiendo que los fumadores estemos en un espacio aparte pero...

ENCARGADA
La separación por personalidades es igual de necesaria o más. El otro día un realista le echó la sopa por la cabeza a un soñador. Queremos evitar problemas.

CLIENTE
Vaya. Pues... sí, sí, soñador. Mucho.

ENCARGADA
¿Hablador?

CLIENTE
(Haciéndose el interesante)
Digamos que me gusta la tertulia.

ENCARGADA
¿Exigente?

CLIENTE
Pues... sí. Creo que sí.

ENCARGADA
Lo siento. Estamos llenos.

CLIENTE
Oiga, ¿y si le hubiera dicho que no soy exigente?

ENCARGADA
Le hubiera dado mesa en fumadores habladores y tolerantes.

CLIENTE
¿Pero no soñadores?

ENCARGADA
No, de soñadores estamos llenos. Tendría que ser en no fumadores. Ahí le podría dar una mesa de exigente, soñador y hablador.

CLIENTE
Oiga, ¿y en fumadores no tendría nada de soñadores y habladores pero con tolerantes en vez de exigentes.

ENCARGADA
Tengo una mesa libre en fumadores soñadores habladores tolerantes pero tienen que ser idiotas. Las de listos están llenas.

ENCARGADA
¿Se la doy de idiota?

CLIENTE
(Entredientes) Vale.

ENCARGADA
(Señalándole) ¿Ve esas mesas de no fumadores inexorables sectarios y antipáticos? Por el pasillo de detrás y a la izquierda.



Hijo pródigo


Un HOMBRE espera a que le abran la puerta. Al instante, la VECINA abre.


VECINA
¿Sí?

HOMBRE
Hola. Soy el hijo pródigo.

VECINA
¿Quien?

HOMBRE
Tu hijo. Me marché inesperadamente de casa a los treinta y dos años pero estoy arrepentido y he decidido volver.

VECINA
(Con aplomo y sangre fría) Ah, sí. Ya me acuerdo.

HOMBRE
¿Qué hay para cenar?

El HOMBRE desea entrar pero la VECINA no le deja.

VECINA
¿Cenar? Pues... no lo sé. Me acaban de dar el tercer grado y siempre ceno en el trullo.

HOMBRE
¿Donde?

VECINA
En el trullo. En el maco. En la cárcel. Es que me he hecho psicópata. ¿Vas armado?

HOMBRE
¿Qué? ¿Donde está papá?

VECINA
En el Endeavour. Ahora es astronauta. Nunca está en casa. ¿Vas armado?

HOMBRE
(Disimulando) ¿Esta que puerta es?

VECINA
La ocho.

HOMBRE
A lo mejor me he equivocado de patio.

VECINA
A lo mejor.

HOMBRE
Pues voy a ver. Buenas tardes.
(Y se marcha)

VECINA
(Gritándole, mientras se cerciora de su marcha)
¿Tienes cincuenta euros?

MARIDO (OFF)
¿Quien es?

MUJER
Nada, el nene, que se ha hecho mayor.

MARIDO (OFF)
¿Quien se ha hecho mayor?

VECINA
(Socarrona) Yo. 
Y cierra la puerta.


miércoles, 6 de mayo de 2009

Obejas


He visto innumerables bandadas de obejas cubriendo el cielo de Maryland, sobrevolando el mar de Ojostk y en un autocine de Soria, cruzando la pantalla justo cuando la trama iba a resolverse. He enviado docenas de dibujos muy precisos a los zoólogos más renombrados del mundo. He dado conferencias en las universidades más prestigiosas, exceptuando Oxford, Cambridge, Harvard y Yale porque no les venía bien el día. Y he publicado siete enciclopedias consecutivas acerca de este fabuloso y alado ser. Pero todos me aseguran que ese animal no existe y que sólo se trata de otro error ortográfico, muy similar al que ya me achacaron en 1967 cuando intenté demostrarles la existencia de unos pequeños mamíferos llamados avejas. Ahora creo que ambos animales son la misma especie.



lunes, 4 de mayo de 2009

Acerca de Toni García


He escrito cerca de mil quinientos sketches de humor desde el 17 de Febrero de 2006 hasta el 4 de Mayo de 2009, fecha en la que comienzo este blog. Diariamente escribo, o reescribo, dos o tres guiones por encargo. Me encuentro bien pero he olvidado el nombre de tres colores importantes y ando al revés.
Sólo una cuarta parte, aproximadamente, de esos sketches se han emitido, o se están emitiendo, en CANAL 9, ANTENA 3, RTVA, TV3, IB3 y en varias cadenas de TV europeas a través de MINI MOVIE CHANNEL.
Muchos de esos guiones que por diferentes motivos no llegan a producción son, sin embargo, los que más me gustan a mí. De todo ese material selecciono lo que me parece más interesante y lo reescribo. Periódicamente publico uno de esos guiones en esta página. Hay textos más surrealistas que otros, algunos tienen el humor en los diálogos más que en las situaciones y otros se sostienen más en la comicidad de los hechos. Hay guiones cortos, largos, absurdos, tiernos, desesperados, raros, tontos, complicados, mejores y peores, más inteligentes y más burdos, pero lo que sí puedo decir es que todos ellos, sin excepción, han sido escritos por ordenador.
Hoy no sé qué día es pero he escrito tres guiones más. Me encuentro más entero que en 2006 pero he olvidado tres adverbios de tiempo y dos de lugar.