lunes, 26 de octubre de 2009

Hippy

Estamos en un mercadillo hippy. Una SEÑORA husmea en alguna de las paradas. El HIPPY, aburrido, espera a que se decida. La SEÑORA coge una pulserita y la examina mientras...

SEÑORA

¡Que mona! Que imaginación tenéis los hippys para hacer estas cosas. Claro, como siempre vais...(Hace gesto de fumar)

¿Ahora estás drogado? ¿Me entiendes bien? ¿Me ves?

HIPPY

(Irónico)  Señora, ahora mismo estoy alucinando.

SEÑORA

(Creyéndoselo)  Jolin, no paráis. Que psicodélicos que sois.

HIPPY

Ya ve. Así es la vida hippy. Trabajamos cuando queremos, dormimos catorce horas diarias, amamos a quien nos da la gana, soñamos en 3D,... Una gozada.

SEÑORA

Ah, lo del sexo es tremendo. ¿Cuantas chicas... quiero decir, con cuantas mujeres os acostáis al día cada hippy? O viceversa. Porque seguís con el tema ese del amor libre, ¿no?

HIPPY

Sí, señora. Somos veintisiete veces más promiscuos que una chinche adolescente. Copulamos sin medida, como si no hubiese un mañana. Todos con todos. Sin mirar, sin preguntar. Entre amigos, entre vecinos, entre familiares,...  Yo ya no sé si mi cuñado es mi padre, si mi hermana es mi nuera, si mi suegra es mi tía , si el pastor alemán de mi vecino es mi novia,... yo qué sé.  

SEÑORA

 (Sofocada)  Ay, que risa. Yo admiro el amor libre. No lo comparto, pero lo respeto. Yo, si fuera hippy, no me pondría bragas en todo el día.

Ahora la SEÑORA comprueba el precio de la pulserita y...

SEÑORA

¿Un euro? Que barbaridad. Bueno, voy a dar una vuelta a ver... Gracias. (Y se dispone a marcharse)

HIPPY

¡Señora!

SEÑORA

Dígame.

HIPPY

Usted no se llevará la pulserita pero que sepa que estoy casado dos veces, y las dos por la Iglesia, vivo en un dúplex, tengo un televisor de plasma de 57 pulgadas, he hecho Económicas y traigo estas pulseritas en containers de siete toneladas una vez por semana. Y la marihuana me da dolor de cabeza.

SEÑORA

¡Capitalista!

HIPPY

¡Hippy!

La SEÑORA, indignada, se marcha. Pero regresa enseguida y...

SEÑORA

Farsante.

HIPPY

Puta.

Ahora la SEÑORA rompe a llorar y se retira, definitivamente derrotada, mientras reniega del festival de Woodstock como idea romántica y de todas las cosas guays que había oído acerca de la isla de Wight y de la canción Lucy in the sky with diamonds.

 

martes, 13 de octubre de 2009

Jessica


Estamos en la clase de un Instituto de Secundaria. Los alumnos están alborotados porque todavía no ha llegado el profesor.

Al punto entra una mujer vestida con chandal, en adelante Jessica, que se dispone a hablarles desde el estrado. Parece que tiene prisa.

 

JESSICA

(Airada)

Buenos días. Me llamo Jessica y soy la nueva profesora de Matemáticas.

 Voy en chandal porque me da la gana. Conmigo aprueba todo quisqui aunque no pegue un jodido palo al agua. ¿Correcto?

 

Oímos aplausos y voces de aprobación.

 

JESSICA

La cosa está chupada. Son cinco pavos por cabeza y trimestre aprobado. Diez con notable. Y veinte si os ponen cachondos los sobresalientes.

 

La euforia es general. Todos los alumnos comienzan a soltar la pasta.

 

JESSICA

(Mientras recoge el efectivo entre los pupitres)

Faltar a mi clase una semana vale diez pavos, y cada trimestre veinticinco. Los hijos de puta que no quieran asomar la tocha en todo el curso me tienen que aflojar cincuenta machacantes.

 

Catarsis. Algunos alumnos que no creían en Dios reflexionan y admiten la existencia de un ser superior y bondadoso. Pero irrumpen en la clase dos policías acompañados por el Director.

 

POLICÍAS

(A Jessica)

Alto. Deja toda esa pasta en el suelo y pon las manos en la cabeza.

 

Jessica obedece y los policías la reducen.

 

DIRECTOR

(A los alumnos) ¿Pero vosotros estáis tontos o qué?

(A Jessica) Y usted, que poca vergüenza venir a timar a unos chiquillos.

 

JESSICA

(A los alumnos, mientras se la llevan) 

Pero a que os lo habéis pasado bien, ¿verdad?

 

Todos los alumnos gritan que sí mientras reniegan de Dios entre lloriqueos y exabruptos.


JESSICA

(A los alumnos)

Cabroncetes, que sois todos unos cabroncetes.

 

 

lunes, 5 de octubre de 2009

Doctor Guay


Estamos en el quirófano. La ENFERMERA está acabando de ultimar los preparativos para la intervención.


PACIENTE

Estoy muy nervioso. Bueno, nervioso no, me va a dar algo al cerebro, de lo acojonado que estoy.

 

ENFERMERA

Uy, ¿por qué?

 

PACIENTE

Esto de los cirujanos androides no me acaba a mí de convencer. No me hace ninguna gracia que me opere un robot.

 

ENFERMERA

Pero, hombre, no diga eso. El doctor Guay no es ningún robot. Es un androide. Es como usted y como yo, solo que por dentro es una máquina perfecta.

 

PACIENTE

Y otra cosa: ¿qué tontería de nombre es ese de doctor Guay?

 

ENFERMERA

Para quitarle hierro al asunto. Se llama T-8000 pero le decimos doctor Guay. No me diga que no mola más.

 

PACIENTE

(Irónico) Mogollón.

 

ENFERMERA

Seguro que si no le hubieran dicho nada, usted ni se entera de que le opera un ciborg. Ya verá qué simpático es.

 

Llega el DOCTOR GUAY.

 

ENFERMERA

Hola, Doctor Guay.

 

DOCTOR GUAY

¿Ha dilatado ya la paciente?

 

ENFERMERA

¿Cómo?

 

PACIENTE

Oiga, ¿qué dice? Tiene que operarme de fimosis.

 

DOCTOR GUAY

(Examinando la entrepierna del PACIENTE)

Esto todavía está muy crudo. Forceps.

(Coge unos forceps de gran tamaño y los esgrime)

 

ENFERMERA

(Apuntándole con un mando a distancia)

Alto, Doctor Guay, está usted mal programado.

El DOCTOR GUAY se queda paralizado gracias al disparo del mando a distancia.

 

PACIENTE

Ya le había dicho que no me gustaba nada esto. Quíteme los goteros, que me voy.

 

ENFERMERA

Espere, hombre. Ha sido un simple error de programación.

(Apretando otros botones del mando) Ahora.

 

DOCTOR GUAY

(Recuperando el movimiento) Bien, comenzamos la autopsia. Varón de cuarenta años...

El PACIENTE se revuelve en la mesa de operaciones intentando huir mientras la ENFERMERA comprueba que el mando a distancia no responde.


DOCTOR GUAY

(Sujetando al PACIENTE)

¿Por qué se mueve este fiambre?

Sierra. Martillo.

Y dos litros de formol.

Me gustan los animales pequeños. La capital de Francia es París. Este perrito es muy malo. Tengo frío.