Estamos en un avión en pleno vuelo. El pasaje está tranquilo. Al cabo de un instante aparece la AZAFATA y se dirige a los pasajeros a través de la megafonía.
AZAFATA
Buenas tardes, les habla la Auxiliar de Vuelo María Celeste.
A ver, cómo les explicaría yo..
Sí, que al piloto se le ha ido la mano cogiendo altura y ahora resulta que estamos en órbita y no podemos volver a la Tierra hasta dentro de cuatro años.
¿Alguna pregunta?
Nadie tiene preguntas, tal es su perplejidad.
AZAFATA
(Indignada)
Nadie quiere preguntar nada.
O sea, llevan todo el viaje haciéndome preguntas idiotas: que si tengo una mantita, que si voy a repartir la prensa, que si hay película,.. ¿y ahora nada?
La AZAFATA hace una pausa para ver si alguien se decide a preguntar algo. Nada. Se han quedado estupefactos.
AZAFATA
(Muy molesta)
Vamos a ver: Acabo de decir que estamos en órbita. Lo más seguro es que choquemos enseguida con algún satélite y explotemos en mil pedazos de colores brillantes. ¿Y nadie dice nada?
Nada. Siguen estupefactos.
AZAFATA
¿Pues sabéis lo que os digo? Que iba a repartir la cena VIP con champán para todos, y gratis, pero ahora ni de coña. Eso faltaba.
La AZAFATA regresa a la cabina. Ahora el pasaje se amotina y se lanza en tromba hacia el compartimento de la AZAFATA, pues la cena VIP de esa línea aérea incluye una botella de Dom Perignon y una tarrina de Beluga de 60 gramos.